Mañana, 15 de febrero se cumplirán 75 años del fatídico incendio que asoló la capital cántabra. Por eso, en nuestro blog queremos rendir homenaje al recuerdo de esos tristes días que dejaron una cicatriz tan profunda en la historia de la ciudad.
En cuanto a su origen, no se sabe con certeza qué fue lo que provocó el fuego, una chimena, un cortocicuito… Lo que sí se sabe casi con seguridad, es que este se inició en la Calle Cádiz, y de ahí se extendió al resto de la puebla. El fuerte viento Sur que azotaba la ciudad y la madera con la que estaban construidos los antiguos edificios facilitaron el desastre: 14 hectáreas del centro histórico de la ciudad fueron consumidas por las llamas y aproximadamente un 10% de la población de Santander perdió su vivienda; por no hablar de los comercios desaparecidos y el paro de la actividad consecuente, que dejó a 7.000 personas sin trabajo.
Para tener una mejor visión de lo ocurrido, podemos consultar este plano elaborado por la asociación Desmemoriados.org.
Pero no solo hubo daños materiales, pues el fuego se cobró también una víctima humana: Julián Sánchez García, bombero venido de Madrid para colaborar en las tareas de extinción, un héroe al que se le rinde homenaje con actos como este organizado por la Fundación Santander creativa. Os invito además a que visitéis este artículo de El Diario para ampliar la información sobre este hecho. No dejemos que las llamas del olvido devoren también el recuerdo de este héroe.
Otra de las consecuencias fatídicas vino después, con la reconstrucción, pues desde las altas instancias se promovió un proceso de gentrificación, es decir, se aprovechó el Incendio para desterrar del centro a las clases menos pudientes, dejando este espacio para las clases altas. Este hecho no suele ser muy recordado en las noticias que tratan este asunto, sin embargo, gracias al trabajo de Desmemoriados, podemos encontrar en Eldiario.es un reportaje especial, con varios artículos muy interesantes que abordan este tema.
Pero al contrario de lo que se puediera pensar, este proceso no se ha revertido sino que se sigue reproduciendo en el modelo urbanístico del Santander actual. En este sentido, la catedrática de Geografía de la Universidad de Cantabria, Ángela de Meer, señala: «Santander sigue con el modelo de segregación social del incendio». En este artículo podéis encontrar más información.
En cuanto a las imágenes de la catástrofe, una simple búsqueda en Internet nos llevará a un amplio archivo, por lo que únicamente pondré unas pocas instáneas, propiedad del Archivo SAMOT.

La sede de El Diario Montañés situada en la calle Arcillero, desapareció en el incendio. Los restos de la rotativa son observados, con la torre de Los Jesuitas, al fondo. 1941, Archivo SAMOT.

Grupo de bomberos procedentes de Madrid, que participó en la extinción. La única víctima mortal pertenecía a este grupo. 1941, Archivo SAMOT.

Vista de la zona de la calle Cádiz, Calderón de la Barca y Puerto de Santander. 1941, Archivo SAMOT.

Vista de los restos de los edificios de la calle Calderón de la Barca, con el desaparecido Palacio Episcopal al fondo. 1941, Archivo SAMOT.

El edificio de Correos, que se vio afectado parcialmente, en medio de la destrucción. 1941, Archivo SAMOT.

Plaza del príncipe, con la Iglesia de los Jesuitas al fondo. Nótese que la pequeña construcción en la parte inferior derecha es la entrada al refugio antiaéreo, hoy visitable. 1941, Archivo SAMOT.
A continuación pasaremos a las fusiones temporales, rescatadas todas de anteriores entradas. En ellas podremos ver cómo era Santander antes y después del incendio.

Edificio de la Delegación del Gobierno durante la construcción de la Plaza Porticada. 1945-2012. CDIS.
Eso ha sido todo por hoy, espero que hayáis disfrutado de la entrada.
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A petición de la Óptica SAMOT hemos corregido la titularidad de las fotografías, que habíamos otorgado anteriormente a El Diario Montañés.